Intervención de la música en el hecho educativo

Cuando hablamos de la intervención de la música en el aprendizaje y desarrollo del ser humano, sabemos que la música incide de forma simultánea en todas las dimensiones de este, y es por ello que existe una arraigada vinculación con diversas de las competencias básicas que se estipulan en Ley Orgánica de Educación de muchos países.

En el transcurso de los últimos años, se ha podido ver como ha ido evolucionando la educación musical encaminándose hacia propuestas metodológicas que se encuentran más centradas en los estudiantes a fin de darle una respuesta de forma más eficaz a sus objetivos.

Sin embargo, basados en la experiencia, esta nos ha mostrado que existen dificultades que pueden ser reseñables y que funcionan para alcanzar una motivación con la que se pueda facilitar la implicación de los estudiantes dentro del proceso educativo, lo que los lleva a convertirse en un problema de relieve.

Es importante considerar que la educación musical conlleva un gran efecto para la formación integral del individuo y esta resulta indiscutible en la actualidad.

En beneficio de ello se cuenta en la actualidad con numerosas aportaciones que han ofrecido las investigaciones educativas, en donde ha sido posible recoger que las clases de música que son impartidas desde edades bastante tempranas resultan excelentes cuando se busca alcanzar el desarrollo de las capacidades cognitivas, perceptivas y expresivas de los estudiantes de los primeros grados de educación básica.

Sin embargo, también es posible encontrarnos con que no siempre ha sido reconocido el papel de la educación musical dentro de la formación de los ciudadanos, siendo esta la razón por la que distintos autores que hicieron vida durante el siglo XX, aún se veían en la necesidad de mantenerse en defensa de los aspectos del desarrollo que son más importantes y que se pueden verse favorecidos gracias al aprendizaje musical.

Autores como Shuler (1991), plantearon que la música incorporada en la educación puede convertirse en un medio bastante efectivo en la estimulación de las emociones, y por ende para la comunicación, actuando como estímulo y también como refuerzo para el aprendizaje, haciendo que la experiencia dentro de la escuela sea mucho más atractiva.

Otros autores como Kodaly (1976), manifiestan que la educación musical ha de contribuir con el desarrollo de las facultades de los estudiantes pues no solo incide en sus aptitudes musicales, sino en la totalidad de su percepción, sino en su capacidad de concentración, y además en sus reflejos condicionados, en su horizonte emocional y en su cultura física.

En consecuencia, es posible considerar a la música como una materia de carácter primordial que debe ser incluida dentro de la educación moderna, debido a que puede preparar a los estudiantes en su motricidad, sensorialidad y en su afectividad, despertando de este modo la sensibilidad y la imaginación, ya que educa los sentimientos.

Tras estas afirmaciones, es importante reconocer el valor de las artes dentro de la educación, como en la vida de los individuos, y ello se debe a que su función consiste en reforzar, iluminar y hacer la vida digna para ser vivida. Y es que la naturaleza de la música se encuentra relacionada de una forma íntima con la psicología humana y con el marco social.